lunes, 1 de septiembre de 2014

¡Cállate!

Sí, cállate. Cállate cuando no tengas nada que decir. Cuando las palabras no te salgan con total convicción, cállate. Cuando te hayan quitado toda razón por la que hablar, cállate. Cállate y no dejes de callarte. Habla lo justo cuando sea necesario y cuando no, cállate. No dejes de callarte nunca porque es lo mejor.
No conseguirás nunca cambiar una opinión, una decisión o una forma de ser así que, cállate. Créeme, es inútil, en serio, no sirve de nada hablar a nadie así que shhh, cállate...
Nadie sabrá que estás, pero no importa, mejor así. Nunca tendrán nada que reprocharte, nada de que culparte y nunca tendrán nada que decir de ti. Nada, absolutamente nada.