miércoles, 5 de febrero de 2014

Palomitas

Hace tan solo un par de horas, esto hubiera parecido imposible pero allí estaba yo, viendo la nueva película de la maravillosa saga Crepúsculo. Esa saga nominada a toda clase de prestigiosos premios. Desde los ''Guionista de tu pueblo'' hasta los ''Peor película, guión, actor y actriz del año''. Una pena que se les haya escapado el primero...
Para el que desconozca la existencia de estos largometrajes, haré un pequeño resumen:
Trata sobre unos vampiros de lo más feroz  que desayunan tostadas con sangre de untar y en sus ratos libres juegan al béisbol en campos tan grandes como los de ''Oliver y Benji''. Si, esos de cinco mil metros cuadrados.
Por archienemigos tienen a los integrantes de ''Black Eyed Peas'' en versión vampiresca, contra los cuales juegan partidillos de vez en cuando.
También aparecen unos hombres lobo con los que no se acaban de entender. Los cuales  tienen dos característica bastante fuertes. La primera es que, para cada problema, tienen una misma solución: sacarse la camiseta y luego ya ver que es lo que les conviene hacer. La segunda, y quizás la más desconcertante, es que tienen menos pelo en el cuerpo que el calvo de navidad en la cabeza. Vamos, lo que viene siendo el prototipo de hombre lobo...
Una vez dicho esto, creo que todos los lectores se pueden hacer una perfecta idea del sufrimiento por el que estaba pasando. A mi alrededor, cientos de chiquillas con el coeficiente intelectual en negativo y echando humo por las orejas cada vez que a uno de los protagonistas se le planteaba un problema. Y yo allí, sin saber aún por qué demonios había entrado.
¿En que momento se me había pasado por la cabeza acercarme a aquellos cines?
Ver aquella oferta de palomitas gratis y comprar la entrada, desde luego, no había sido la mejor decisión de mi vida.

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