viernes, 24 de enero de 2014

Cosas electrónicas

¿Quiere usted tener la posibilidad de violar un libro? Ahora puede hacerlo tranquilamente desde el sofá de su casa y sin el menor remordimiento.

Lea una tragedia mientras suena de fondo Paquito el Chocolatero o a la vez que reenvía absurdas cadenas de mensajes a sus veinte amigos mas cercanos para evitar que la niña del pozo salga de él y le vaya a dar las buenas noches cuando se acueste.
Para usted, persona multitaréa y más que avanzada, hemos creado algo a lo que llamamos libro electrónico, que en lo único que se parece a un libro es en el hecho de que aparecen palabras.
En verdad hemos juntado todas las distracciones posibles para que, lo que podría ser una lectura relajada, tensa, emocionante, etc., pase a ser un completo sinsentido con el único objetivo de llegar al día siguiente a su círculo de amigos y poder decir con la cabeza bien alta y la dignidad bien baja: ''Pues aquí tengo unos trescientos libros y unas tres mil maneras de matarlos.'' Y poco más.

La verdad es que la idea de evitarnos el llevar un libro, poco menos que de bolso, en la mano todo el día para arriba y para abajo, se agradece. Y los libros electrónicos hacen esa función. Pero por favor, no convirtamos las cosas en lo que no son. Es igual que ponerle a las patatas sabor de jamón, queso o césped, las patatas tienen que saber a patatas y si quieres algo con sabor a jamón, vas a la tienda y pides cinco quilos para que te dure una buena temporada.

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