martes, 8 de abril de 2014

Historias

Historias y más historias, apiñadas, apretujadas, manteniéndose en pie gracias a la ayuda de sus semejantes que, en realidad, de semejantes poco tienen. Nos miran, las miramos y todos somos iguales.
Nosotros, humanos que se apiñan en un cuarto con mesas y sillas, todos juntos e iguales, apoyándonos en nuestros semejantes para mantener el equilibrio, aunque de semejantes poco tenemos.
Algún loco se atreve de vez en cuando a imaginarse lo que habrá tras la carrocería y se encuentra con que a lo mejor vale la pena intentarlo, ser valiente y leerla. Tal vez, y solo tal vez, una de esas con el lomo desgastado y una portada cutre sea lo mejor que vaya a leer en toda su vida pero, sin embargo, aquí está, hablando sobre libros en estanterías o personas en sillas y mesas, según como se mire.

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