Iba el señor X un día caminando por la calle y de repente se encontró un autobús. En él, un papel publicitario pegado en la carrocería llamó su atención.
-Que curioso -pensó -una nueva crema que asegura mantener tu piel tersa cien años desde su utilización. Pero claro -se empezó a preguntar el señor X -si es nueva, ¿cómo es que saben ya que va a dar esos resultados? Quiero decir, no ha habido tiempo para probar si eso es cierto o no, nadie puede demostrarlo aún, habría que esperar cien años pero, ¿y si te mueres antes? Luego no puedes volver para contar lo sucedido...
-Entonces -empezó a concluir -solo hay dos posibilidades: o ser estafado por un producto poco o nada veraz, o arriesgarte a que todos tengan la piel tersa el resto de sus vidas y tú no. Con lo cual, además de ser un horroroso monstruo, serías el hazmerreir del mundo entero... Creo que me compraré esa crema.
Mostrando entradas con la etiqueta metafórico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta metafórico. Mostrar todas las entradas
sábado, 19 de abril de 2014
martes, 8 de abril de 2014
Historias
Historias y más historias, apiñadas, apretujadas, manteniéndose en pie gracias a la ayuda de sus semejantes que, en realidad, de semejantes poco tienen. Nos miran, las miramos y todos somos iguales.
Nosotros, humanos que se apiñan en un cuarto con mesas y sillas, todos juntos e iguales, apoyándonos en nuestros semejantes para mantener el equilibrio, aunque de semejantes poco tenemos.
Algún loco se atreve de vez en cuando a imaginarse lo que habrá tras la carrocería y se encuentra con que a lo mejor vale la pena intentarlo, ser valiente y leerla. Tal vez, y solo tal vez, una de esas con el lomo desgastado y una portada cutre sea lo mejor que vaya a leer en toda su vida pero, sin embargo, aquí está, hablando sobre libros en estanterías o personas en sillas y mesas, según como se mire.
Nosotros, humanos que se apiñan en un cuarto con mesas y sillas, todos juntos e iguales, apoyándonos en nuestros semejantes para mantener el equilibrio, aunque de semejantes poco tenemos.
Algún loco se atreve de vez en cuando a imaginarse lo que habrá tras la carrocería y se encuentra con que a lo mejor vale la pena intentarlo, ser valiente y leerla. Tal vez, y solo tal vez, una de esas con el lomo desgastado y una portada cutre sea lo mejor que vaya a leer en toda su vida pero, sin embargo, aquí está, hablando sobre libros en estanterías o personas en sillas y mesas, según como se mire.
viernes, 4 de abril de 2014
Etiquetas
Etiquetas, necesitamos etiquetas para indicarnos lo que somos. Etiquetas colgando de nuestras cabezas, de nuestra ropa, etiquetas en la puerta de casa, del frigorífico y del lavabo. Etiquetas en todas partes, todo perfectamente etiquetado, incluso este texto lo está, aunque tú no se la veas, la tiene. Todo muy bien etiquetado... todo, absolutamente... todo.
¿Y si nos equivocamos? ¿Y si nos pasa como en las rebajas que nos venden algunos artículos al mismo precio que tenían antes pero ponen ahora uno mayor tachado para hacernos creer que ahorramos algo? ¿Y si las etiquetas fueran solo prejuicios? ¿Y si...? Bueno, no sé, a lo mejor estoy loco... creo que necesito una nueva etiqueta.
¿Y si nos equivocamos? ¿Y si nos pasa como en las rebajas que nos venden algunos artículos al mismo precio que tenían antes pero ponen ahora uno mayor tachado para hacernos creer que ahorramos algo? ¿Y si las etiquetas fueran solo prejuicios? ¿Y si...? Bueno, no sé, a lo mejor estoy loco... creo que necesito una nueva etiqueta.
jueves, 3 de abril de 2014
Las Palabras
Si yo fuese una palabra estaría ofendido, lo que tienen que soportar rebasa los límites de la crueldad. Ellas, humildes e inocentes, nacen con una forma, un significado, una identidad que las diferencia de todas las demás. No hacen daño a nadie, ni siquiera se quejan por compartir significado con sus familiares en el diccionario y nosotros, como seres más inteligentes que nos creemos, hacemos con ellas lo que nos da la gana... Empezamos cambiándoles el significado al echarles por encima un líquido llamado ''metáfora'', ''sarcasmo'' o ''ironía'', dependiendo de nuestro poder adquisitivo. Las palabras, lo creáis o no, sufren cada vez que se altera su identidad de una manera tan brutal.
Por si fuera poco, no nos quedamos tan solo en el ámbito de la perversión física, sino que pasamos al psicológico cuando decidimos cambiar su lugar de origen y las movemos a nuestro antojo por frases y oraciones, dándole a esta práctica tan sádica nombres bonitos para ocultar el horror que en verdad representan. Cuando hacemos este tipo de actos, las palabras se pierden, no saben muy bien que hacer en ese nuevo lugar que se les ha sido adjudicado y no tienen claro cual es su sitio en el mundo. Lloran y sufren en silencio ante la dominante mirada de su malhechor, el humano, que da el último paso y analiza hasta lo más profundo la anatomía de estas, las dota de un nombre que no quieren, dependiendo de su lugar en la oración, y hace que tengan una nueva función, como si ser palabra ya fuese fácil.
Señores, dejen en paz a las palabras, no quieren ser movidas, ni transformadas ni analizadas, quieren ser simples y claras, quieren cumplir la función con la que un día nacieron, comunicar. En definitiva, dejemos a las palabras ser, simple y llanamente, palabras.
Por si fuera poco, no nos quedamos tan solo en el ámbito de la perversión física, sino que pasamos al psicológico cuando decidimos cambiar su lugar de origen y las movemos a nuestro antojo por frases y oraciones, dándole a esta práctica tan sádica nombres bonitos para ocultar el horror que en verdad representan. Cuando hacemos este tipo de actos, las palabras se pierden, no saben muy bien que hacer en ese nuevo lugar que se les ha sido adjudicado y no tienen claro cual es su sitio en el mundo. Lloran y sufren en silencio ante la dominante mirada de su malhechor, el humano, que da el último paso y analiza hasta lo más profundo la anatomía de estas, las dota de un nombre que no quieren, dependiendo de su lugar en la oración, y hace que tengan una nueva función, como si ser palabra ya fuese fácil.
Señores, dejen en paz a las palabras, no quieren ser movidas, ni transformadas ni analizadas, quieren ser simples y claras, quieren cumplir la función con la que un día nacieron, comunicar. En definitiva, dejemos a las palabras ser, simple y llanamente, palabras.
sábado, 22 de febrero de 2014
Las niñas pequeñas
Que cosas tan bonitas... se podría decir que literalmente por ellas los años no pasan. Se van haciendo cada vez más viejas y están cada vez más marchitas pero en cuanto les hablas, te das cuenta de que no, de que es mentira, siguen siendo unas crías. Tienen la piel arrugada, canas y necesitan ayuda para levantarse, pero en su cabeza hay mariposas, zapatitos de cristal y bonitas canciones para gente que no quiere escuchar, esas canciones que se repiten una y otra vez en todas partes y que, aunque no nos gustan, se acaban metiendo en nuestras cabezas a golpe de martillo, canciones que vamos repitiendo a lo largo de toda nuestra vida y que vamos contagiando a otros. Al final, como si de una epidemia se tratase, están tan esparcidas que hasta nos creemos que son obras maestras propias de genios meritorios de ser recordados, aunque se hayan llevado a la tumba la obra de verdad, la compleja, esa que a nadie gusta por aquello de que, al fin y al cabo, son solo gritos.
A lo largo de toda su vida, las niñas pequeñas se van encontrando trozos de la partitura que debiera haber sido difundida pero, como están acostumbradas a lo simple, deciden dedicarle una cruel mirada por encima del hombro y seguir por su camino. Aún así, siempre queda la loca que decide cuestionarse, parar y darse cuenta de que había vivido equivocada toda su vida.
Claro que, en un mundo de personas cuerdas, las locas son quemadas en la plaza del pueblo mientras suenan a su alrededor los cánticos de moda, entonados por la gran muchedumbre que acude al espectáculo de la quema de la verdad y el festejo de la ignorancia más plena.
A lo largo de toda su vida, las niñas pequeñas se van encontrando trozos de la partitura que debiera haber sido difundida pero, como están acostumbradas a lo simple, deciden dedicarle una cruel mirada por encima del hombro y seguir por su camino. Aún así, siempre queda la loca que decide cuestionarse, parar y darse cuenta de que había vivido equivocada toda su vida.
Claro que, en un mundo de personas cuerdas, las locas son quemadas en la plaza del pueblo mientras suenan a su alrededor los cánticos de moda, entonados por la gran muchedumbre que acude al espectáculo de la quema de la verdad y el festejo de la ignorancia más plena.
viernes, 31 de enero de 2014
Los coches
Los coches, esos pequeños rebeldes que reclaman tu atención y cariño a
todas horas cual hijo pequeño. Pero con la ventaja de que lo puedes
pagar a plazos.
Siempre están ahí, mirándote con esos ojitos y pidiéndote que lo enciendas y te vayas a tirar la basura a la vuelta de la esquina con él.
Buscan tu atención, a veces, de maneras poco ortodoxas:
Que si se les ha pinchado una rueda y les duele...
Que si se les ha acabado el agua y tienes que rellenarles la botella...
En fin, cómo cualquier niño pequeño, necesitan sus cuidados y mimos y tampoco se los vamos a negar ya que luego nos puede pasar como a muchos que, en cuanto se les hacen mayores, no les gusta cómo ha acabado la cosa y llaman a programas de televisión para que les echen una mano y los devuelvan al buen camino. Ya sea cambiándoles la carrocería, la tapicería o el motor en algunos casos extremos.
De igual manera que con los críos, las leyes también son amables y flexibles con ellos. No es la primera vez que, estando una anciana cruzando la calle, aparece de la nada un padre primerizo muy feliz con su bebé y la culpable del atropello acaba siendo la señora por interponerse en la trayectoria del coche.
Pero bueno, todo sea por mantener el índice de natalidad, esas bellas estampas de ciudades repletas de padres y madres con sus cochecitos y esos humos, motivo de risas para unos y de desagrado para otros.
Siempre están ahí, mirándote con esos ojitos y pidiéndote que lo enciendas y te vayas a tirar la basura a la vuelta de la esquina con él.
Buscan tu atención, a veces, de maneras poco ortodoxas:
Que si se les ha pinchado una rueda y les duele...
Que si se les ha acabado el agua y tienes que rellenarles la botella...
En fin, cómo cualquier niño pequeño, necesitan sus cuidados y mimos y tampoco se los vamos a negar ya que luego nos puede pasar como a muchos que, en cuanto se les hacen mayores, no les gusta cómo ha acabado la cosa y llaman a programas de televisión para que les echen una mano y los devuelvan al buen camino. Ya sea cambiándoles la carrocería, la tapicería o el motor en algunos casos extremos.
De igual manera que con los críos, las leyes también son amables y flexibles con ellos. No es la primera vez que, estando una anciana cruzando la calle, aparece de la nada un padre primerizo muy feliz con su bebé y la culpable del atropello acaba siendo la señora por interponerse en la trayectoria del coche.
Pero bueno, todo sea por mantener el índice de natalidad, esas bellas estampas de ciudades repletas de padres y madres con sus cochecitos y esos humos, motivo de risas para unos y de desagrado para otros.
lunes, 13 de enero de 2014
La emigración es cosa de ricos
¿Emigración? ¿Qué es eso? Ahora en España lo llamamos ''movilidad exterior''. Ideas nuevas procedentes del Idiotismo Ilustrado, creo.
Hablamos de épocas de miseria pasadas con tono de soberbia y superación cuando en realidad estamos sino igual, peor . ¿Por qué peor? Pues por el simple hecho de que antaño, al menos, no se perdían cerebritos, no se perdía gente capaz de gobernar, desde sus áreas, esta gran mentira a la que llamamos país avanzado, con todo lo que ello engloba: democracia, igualdad, derechos, etc. Hemos llegado al punto de no retorno, esta ''cosa'' no se sostendrá durante mucho tiempo. Los inteligentes tienen que huír despavoridos ante la amenaza de una vida miserable, que la única salida laboral que les ofrece, si tienen la suerte de tenerla, es un triste puesto en las filas de un McDonald's de poca monta. Tantos años de esfuerzos académicos se ven tirados por la borda ante la indiferente mirada del capitán del barco, que no es capaz de contar con los dedos de las manos todos los obstáculos que ha pasado hasta llegar a ese puesto, a base de talonario y acciones poco respetables. Digamos... que tiene las rodillas algo desgastadas.
Esa gente que ahora escapa con ilusiones de volver, probablemente no lo haga. Probablemente pasen los años y sigan gobernando los mismos incompetentes de siempre.
Estamos tirando a la papelera todas nuestras opciones de salir del agujero, todas nuestras opciones de llegar algún día, al menos, a ser un país democrático. En definitiva, estamos actuando como la cantera de cualquier club deportivo. Criamos a futuros deportistas desde pequeños, con nuestro esfuerzo, el suyo y el de sus familias, conseguimos que alcancen un nivel decente. Una vez allí, destacan, les ve un ojeador del equipo grande, les suben de categoría, y a nosotros nos toca volver a empezar. En nuestro caso particular como país, en vez de venir nadie a ofrecernos un puesto mejor, tenemos que ir nosotros puerta por puerta suplicando y mendigando.
Hablamos de épocas de miseria pasadas con tono de soberbia y superación cuando en realidad estamos sino igual, peor . ¿Por qué peor? Pues por el simple hecho de que antaño, al menos, no se perdían cerebritos, no se perdía gente capaz de gobernar, desde sus áreas, esta gran mentira a la que llamamos país avanzado, con todo lo que ello engloba: democracia, igualdad, derechos, etc. Hemos llegado al punto de no retorno, esta ''cosa'' no se sostendrá durante mucho tiempo. Los inteligentes tienen que huír despavoridos ante la amenaza de una vida miserable, que la única salida laboral que les ofrece, si tienen la suerte de tenerla, es un triste puesto en las filas de un McDonald's de poca monta. Tantos años de esfuerzos académicos se ven tirados por la borda ante la indiferente mirada del capitán del barco, que no es capaz de contar con los dedos de las manos todos los obstáculos que ha pasado hasta llegar a ese puesto, a base de talonario y acciones poco respetables. Digamos... que tiene las rodillas algo desgastadas.
Esa gente que ahora escapa con ilusiones de volver, probablemente no lo haga. Probablemente pasen los años y sigan gobernando los mismos incompetentes de siempre.
Estamos tirando a la papelera todas nuestras opciones de salir del agujero, todas nuestras opciones de llegar algún día, al menos, a ser un país democrático. En definitiva, estamos actuando como la cantera de cualquier club deportivo. Criamos a futuros deportistas desde pequeños, con nuestro esfuerzo, el suyo y el de sus familias, conseguimos que alcancen un nivel decente. Una vez allí, destacan, les ve un ojeador del equipo grande, les suben de categoría, y a nosotros nos toca volver a empezar. En nuestro caso particular como país, en vez de venir nadie a ofrecernos un puesto mejor, tenemos que ir nosotros puerta por puerta suplicando y mendigando.
jueves, 2 de enero de 2014
te amo
Te veo, nos miramos.
Me llamas, no puedo ir.
Te pido perdón, te enfadas.
Aparto la vista, me gritas.
Me giro, nos volvemos a mirar.
Me acerco, me esperas.
Te beso, me abrazas.
Te amo...
Me llamas, no puedo ir.
Te pido perdón, te enfadas.
Aparto la vista, me gritas.
Me giro, nos volvemos a mirar.
Me acerco, me esperas.
Te beso, me abrazas.
Te amo...
Antes de ponerte a dieta, piensa en lo que sufrirán los dulces, solos, sin nadie que les ame tanto como en su día tu lo hiciste. Por un mundo justo, dí NO a las dietas sin dulces.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)